Leer, ¿para qué? – El fin de la lectura en la era de la IA

Leer, ¿para qué? – El fin de la lectura en la era de la IA

¡Cuántas habilidades intelectuales hemos perdido en las últimas décadas!

Seguramente los más viejos podemos recordar cómo insistían nuestros maestros en que aprendiéramos las tablas de multiplicar, las capitales de los países, los factores de conversión entre las unidades de medida, las reglas de ortografía, los versos de un poema, las fechas de un evento histórico importante, los accidentes geográficos o los periodos de la historia de nuestro país.

Hoy no hace falta “saber” nada, si tienes cerca un aparato que te responde inmediatamente tu comando de voz. Ni siquiera tienes que usar un teclado para convertir la pregunta en un texto mediante una de esas habilidades en peligro de extinción llamada “escribir”.

¿Seguirá ese mismo camino la habilidad de leer?

Hace unos días recibí un anuncio que me invitaba a conocer las nuevas herramientas disponibles en mi aplicación de correo basadas en la inteligencia artificial. En el micro video de demostración se veía como simplemente señalando una terna de mensajes recientes le podía ordenar a la aplicación que me leyera y resumiera lo que decían y me explicara su relevancia.

Por todas partes surgen aplicaciones con el sufijo .ai que son capaces de “asistirnos” en innumerables labores intelectuales y creativas que antes nos tomaban mucho tiempo (y placer) para hacer y nos convencen de que somos unos ilusos en seguir trabajando en el estilo arcaico de hace… cinco años.

Hacer una carta, una presentación, un artículo, una imagen, una canción, un video e incluso un libro completo ya no necesita que exprimamos nuestro intelecto y nuestra artesanal creatividad si podemos confeccionar el “prompt” adecuado para que la máquina lo produzca.

Hace poco una familia cercana se fue a vivir a Japón y mi primera reacción cuando me contaron que se iban fue comentarles: “Les tocará aprender japonés”. “No hace falta”, me dijeron señalando su teléfono y comprendí que tenían razón. Docenas de aplicaciones están listas para traducir lo que hablemos con perfección al idioma que necesitemos. Las cámaras pueden capturar los avisos de las calles e interpretarlos, es decir, leerlos por nosotros y los sistemas de localización geográfica nos pueden llevar de la mano de un lugar a otro sin problema. Lo único que necesitas es la batería recargada y una tarjeta sim apropiada y ya eres más “sabio” que los mismos lugareños.

Recientemente causó revuelo una noticia de una estudiante que se graduó con honores en una escuela norteamericana y que reconocía que no sabía leer ni escribir. La noticia dio la vuelta al mundo y narraba cómo a través de herramientas de voz a texto y de texto a audio, ella hacía todos sus deberes escolares. Sin embargo, al querer pasar al siguiente nivel educativo se encontró con una gran barrera y sus familiares entablaron una demanda a la escuela por no haber preparado a su hija adecuadamente.

También fue noticia la queja de muchos profesores de universidades de élite en Estados Unidos sobre la angustia de sus alumnos porque se les pedía leer libros completos, algo que jamás habían experimentado durante su escuela secundaria.

Y una nota curiosa aquí. Si vas a leer esta noticia en el sitio del periódico, lo primero que encuentras es lo siguiente:

Dos aplicaciones de IA muy gentilmente me pueden leer el artículo (en voz alta), resumirlo e informarme rápido (porque estoy de afán) de qué se trata. Irónico que un artículo que informa de la deficiencia de capacidades de lectura en las personas propocione herramientas para desestimular, perdón, para asistir en la lectura.

La tecnología es maravillosa. ¡Por supuesto! Los de mi generación, que seguramente estamos celebrando el medio siglo desde que nos graduamos del colegio, hemos recorrido un camino fascinante desde los tiempos de la regla de cálculo y la tabla de logaritmos hasta el presente de “¡Ok Google…!”, “¡Alexa…!”, “¡Siri…!”. Nos impresiona comprobar que el reloj con pantalla de Dick Tracy hoy es una realidad y somos los más asiduos consumidores de contenido digital en nuestras pantallas de bolsillo, según muchos estudios.

Sin embargo, y sin caer en el facilismo de anunciar el declive de la civilización y proclamar que “todo tiempo pasado fue mejor”, me atrevo a enumerar algunas habilidades que han desaparecido o van a desaparecer de las mentes de nuestros jóvenes y que son los síntomas de un real deterioro de la otra IA (la Inteligencia Artesanal) tan importante para el crecimiento individual.

1 – Buscar una palabra en un diccionario; 2 – Leer un mapa y encontrar una dirección (y volver a doblar el mapa); 3 – Memorizar y recitar un poema; 4 – Escribir un mensaje con papel y lápiz, sin corrector automático ni emojis; 5 – Identificar banderas, capitales, monedas; 6 – Comprender y elaborar enunciados de problemas matemáticos; 7 – Convertir unidades de medida; 8 – Dimensionar magnitudes; 9 – Entender el funcionamiento de mecanismos análogos; 10 – Inferir, concluir, deducir, interpretar los datos y las evidencias de un texto; 11 – Establecer contextos históricos que expliquen situaciones del pasado. 12 – Encontrar el placer de la lectura profunda.

Estamos a tiempo de luchar por que no se deterioren éstas y muchas otras habilidades esenciales en nuestros niños (y en nosotros mismos). Podemos intentar que se conviertan en esa “minoría lectora” que agarrará las riendas de la comprensión y de la nueva evolución que nos invade a gran velocidad. Defender la lectura es el camino.

Guillermo Ramírez
REVISTA CUCÚ
Abril 2025

¿Y qué dice la IA sobre el tema?

En la era de la inteligencia artificial, los jóvenes tienen acceso a herramientas que resuelven problemas en segundos: desde chatbots que redactan ensayos hasta apps que corrigen gramática. Sin embargo, esta comodidad tiene un costo oculto: el deterioro de habilidades fundamentales como la escritura, la lectura profunda y el pensamiento crítico. ¿Estamos creando una generación que ya no necesita dominar el lenguaje porque las máquinas lo hacen por ellos?

Aquí tienes una lista de 20 habilidades cognitivas que están en riesgo de debilitarse o ser desplazadas por el uso excesivo o dependencia de la inteligencia artificial (IA), especialmente en jóvenes y estudiantes:

Habilidades de Lectura y Escritura
– Redacción original (delegada a ChatGPT, Grammarly, etc.).
– Ortografía y gramática (por correctores automáticos).
– Lectura profunda y comprensión analítica (reemplazada por resúmenes de IA).
– Capacidad de síntesis (al depender de herramientas que resumen textos automáticamente).
– Interpretación de textos complejos (si se priorizan respuestas rápidas de IA en lugar de análisis personal).

Habilidades de Pensamiento Crítico y Resolución de Problemas
Razonamiento lógico (al aceptar respuestas de IA sin cuestionarlas).
– Creatividad e innovación (si se usan generadores de ideas automáticos en lugar de brainstorming personal).
– Toma de decisiones autónoma (por recomendaciones algorítmicas en redes, compras, estudios, etc.).
– Capacidad de argumentación (al no practicar debates sin ayuda de IA).
– Pensamiento hipotético (“¿qué pasaría si…?”) (delegado a simulaciones o modelos predictivos).

Habilidades de Memoria y Aprendizaje
– Memoria a largo plazo (por la dependencia de buscar todo en Google o IA).
– Cálculo mental (por el uso excesivo de calculadoras y apps).
– Aprendizaje por ensayo y error (al recibir soluciones instantáneas sin experimentar).
– Capacidad de investigación (al copiar respuestas de IA en lugar de buscar fuentes).

Habilidades Sociales y Emocionales
– Empatía y comprensión emocional (si se reemplazan interacciones humanas con chatbots).
– Comunicación interpersonal (por el aislamiento en entornos digitales).
– Persuasión y negociación (al depender de IA para generar discursos o estrategias).

Habilidades Prácticas y Artísticas
– Dibujo y diseño manual (por el uso de generadores de imágenes como DALL·E o MidJourney).
– Improvisación y adaptación (al seguir instrucciones de IA en lugar de resolver problemas inesperados).
– Paciencia y perseverancia (por la cultura de la inmediatez que fomenta la IA).

¿Cómo evitar que la IA mate el hábito de leer en los niños?

La inteligencia artificial amenaza habilidades esenciales como la lectura profunda y el pensamiento crítico. Para combatirlo, necesitamos una estrategia integral:

En casa, los padres deben leer junto a sus hijos, crear bibliotecas familiares y convertir la lectura en un momento de conexión, no en una obligación. En las escuelas, hay que reemplazar las listas rígidas de libros por opciones atractivas (cómics, novelas gráficas) y usar métodos interactivos, como debates donde se comparen análisis humanos con resúmenes de IA. Como sociedad, debemos reinventar bibliotecas como espacios sociales con talleres y gamificación, y promover campañas con influencers que hablen de libros en lenguaje juvenil.

La clave está en demostrar que leer no es anticuado: es una herramienta para entender el mundo y a uno mismo. Como en Finlandia, donde bibliotecas con videojuegos y cafés han logrado que el 80% de los jóvenes lean por placer.

La IA no debe reemplazar la lectura, sino inspirar nuevas formas de disfrutarla.

Cordialmente, DeepSeek
Abril 2025

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